Cada día me despierto y ahí está sosteniéndome con sus alas, manteniéndome en lo mas alto, regalándome cada suspiro de libertad, dando a mi alma paz y tranquilidad. Es el amor... ese brote que ha florecido en mi interior, ¿puedes sentirlo?, mi corazón late incontrolablemente deprisa, a veces pienso que quiere huir de mi pecho y abalanzarse sobre ti para abrazar al tuyo, no le culpo.
Esa sonrisa que me inunda el corazón, esa mirada que penetra hasta mi alma, esos gestos que roban mi atención, toda tu... me vuelves loca.
Amo cada centímetro de ti, si tuviera que odiar algo es el anhelo que siento cuando nos tenemos que despedir, pero ni eso puedo odiar porque cuando te vuelvo a ver es como si te viera por primera vez...
Cuando luchaba con curiosidad como si fuera una niña pequeña para ver algo tan simple como tu mirada a través de las gafas, percibir como se paraba el tiempo porque me quedaba prendada del movimiento de tus labios al hablar, desear tan solo el mísero roce con tu mano para sentir tu piel... y cuando por fin te tengo disfrutar de cada segundo a tu lado, ver como en cada juego por conseguir un beso sigues mis pasos de retroceso, perdóname, pero adoro ver como te acercas a mi. Percatarme de lo grandiosa que es tu sola presencia.
No te engañaré... hay malvados deseando el pecado que ha creado dios, hay ángeles que no entienden el amor y aunque me aleje de ellos por las batallas perdidas, en cada derrota ganaré si te sigo teniendo a ti.