31 oct 2014

Carta a un Muerto: Víctima N°13.


Víctima N°13:

La primera vez que te vi corrías por ese camino de detrás de la colina como ahora se, que lo hacías todas las mañanas, no se si era el sol al salir que me encandiló, la resaca que tenía de la noche anterior o la peste a gasolina que desprende mi vieja camioneta que me confundía, pero enseguida supe que tenías que ser mía.

Después de semanas vigilando cada movimiento tuyo me volví, una vez más, adicto, adicto a tu vida, esa costumbre tuya de tocarte el pelo cuando miras por la ventana me vuelve loco, aún recuerdo aquella vez que te seguí al supermercado y nuestras manos se rozaron cuando ambos decidimos coger (yo adrede obviamente) la misma lata de tomate, pude olerte... uffs ese olor aún me engatusa cuando el rastro que dejaste en la camioneta me envuelve, ahí también escuché tu voz y fue entonces cuando tenía claro que quería escuchar como gritas pero aún tenía que abstenerme, sin embargo, el martes planee todo, no aguantaba las ganas de tocarte y limpie el sótano de la puta que traje el mes pasado, esa zorra salpicaba más mierda que un cerdo en una pocilga.

Afortunadamente no hay casi nada que no tenga solución, compré suficiente plástico para empapelar todas las paredes, también compré esa sillita de la sala de estar que tanto mirabas en aquel centro comercial, prepare todo minuciosamente para ti, para que fuera especial. Cuando cayó la noche el ansia recorría mi cuerpo, sentía un hormigueo en las manos nada más pensar en todo lo que te iba hacer, no pude dormir así que esperé toda la noche en la camioneta frente a tu casa hasta que por fin amaneció y saliste a correr...

Te seguí algo más atrás, hipnotizado me adelanté unos 500 metros más, conozco el recorrido tanto como tu olor, me escondí tras un abeto y espere, cuando empezaba a pensar que hoy optaste por otro camino (raramente pero no imposible) escuché tus pasos, ya no corrías, jadeabas, estabas agotada y empapada en sudor, al llegar al abeto me viste de reojo y te asustaste, eso me causó una sonrisa inevitable, empecé a caminar tras de ti, cada vez ibas más rápido hasta que no aguante más y cesé mi juego un instante para atraparte. ¡Dios! Como te movías me costó tanto atarte, estaba tan nervioso por si alguien más venia que te golpee hasta dejarte inconsciente.

Nunca te había podido ver dormir hasta entonces, tus labios tenían un extraño tic nervioso, quizás fuese por el golpe que di aún así estabas tan adorable. Despertaste en esa sillita que tanto te gustaba desnuda, atada de pies y manos y amordazada, te pusiste como loca al verme sentado frente a ti observándote, intentabas con todas tus fuerzas gritar y soltarte, aún más cuando me incliné para quitarte la mordaza.

Tus gritos me recodaban a la primera zorra que maté y me follé, sabía que eras especial, me hiciste revivir ese momento, los errores de novato que cometí, las ganas desesperadas de matar sin disfrutar del momento.... Cogí el cuchillo mientras suplicabas por tu vida, luego te daban brotes de rabia y entre blasfemias que me decías te bebías tus propias lágrimas, no puedo ocultarte lo excitado que estaba al verte así. Puse la hoja del cuchillo sobre tu boca temblorosa que calló, la deslice por tu cuello, tu pecho, tu ombligo... y te la clave en el muslo mientras mi nariz recorría tu cuello enriqueciéndose de tu aroma, escuchando como tus gritos agónicos se apagaban lentamente, como tu sangre que empapaba el suelo marcaba la forma de mis botas.

Me gustaba tanto verte dormir que te deje ahí tirada hasta que el repulsivo edor putrefacto de tu cuerpo descompuesto me impedía verte y por supuesto olerte...

Pero tranquila ya te he dicho que eras especial, te he enterrado en el jardín de atrás donde he plantado el jazmín que lleva tu perfume, gracias a eso, gracias a ti, la morena de la floristería será la siguiente.

Repito, tranquila... aunque hayan más, tú eres la especial por eso te escribo esto porque quiero que sepas cuan especial eres para mí, eso y porque el mero hecho de que alguien pueda encontrar esta carta entre el jazmín me entusiasma, es por eso que no la firmaré además de que no hace falta... ya sabes de sobra quién soy.

Aunque suene aún más descabellado, gracias por esos días en los que tanto me saciaste.

26 oct 2014

Carta a la clase del 06


2 Febrero, 2006
España


Odiada clase de 1°A ESO,

A pesar de mis intentos fallidos por encajar en esta clase he decidido escribir esta carta muy a mi pesar por los ignorantes, engreídos y populares de pacotilla, ya que es posible que no entendáis ni una jodida palabra de lo que digo porque no veis mas haya de vuestra puta vida superficial y materialista. Me atrevería a decir que rezo para que vuestra apatía haya desaparecido y ya seáis un trozo de carne más amena, pero lo cierto es que no es así, mas que nada porque me parece absurdo el hecho de rezar sin más, aún menos lo haría por "personas" tan despreciables.

Que no os engañen mis palabras, sigo siendo la chica tímida con la mirada perdida en la nada, sí, esa que se esconde tras los suspiros de angustia a esperar a que pase rápido el día, esa de la que os reís, me cuesta enumerar los apodos que me ponéis cada vez que vuestro minucio cerebro se le ocurre algo más despreciable que no fuera hablar de vuestras importantes (y que se note el sarcasmo...) vidas, por lo que no se si con tan solo mi nombre sabréis quien soy.
Pero no importa, seguro que esta vida inútil que tanto persiste en intentar mejorar os ha hecho algo más listos y con una simple carta se os ilumina ese guisante que tenéis por cerebro.
Aún así, deciros que soy la cabrona masoquista de gustos extraños, mentalidad indefinida y psicológicamente inestable que se está arruinando la vida por vuestra culpa, nos os daré todo el mérito y reconoceré que yo también tengo culpa por ceder a dejar que me jodáis, pero me es difícil saber porque me maltratáis tanto sin tan siquiera haceros nada, a lo mejor es eso... buscáis una respuesta en mi, experimentáis conmigo en busca de reacciones como un psicópata asesino antes de matar a su víctima. 
De todos modos no voy a creer eso, no voy a pensar que también tenéis ese "plus", pensaré que no hay otra explicación más lógica para vuestra actitud que vuestra inmadurez y afán de superioridad y popularidad, a pesar de ello sois los causantes de mi desgracia y joder, merezco desahogarme, reprocharos y/o vengarme... porque las cicatrices que hoy brillan en mis manos de esos días en el que el acero y el cristal atravesaban mi piel para cortar mis venas, no me dejan hacer una vida normal.
Ese daño que me he hecho me ha vuelto adicta y necesito el dolor para saber que aún estoy viva. Desearía así como tantas veces imaginé, que ese daño os lo hubiera hecho a vosotros, así como tantas veces pensé en un enfrentamiento en el que no me achicaba y me defendía con garras y por una vez no era yo la que salía mal parada, todo una película de ficción, solo una heroína saldría sin un rasguño de una batalla contra tantos villanos.

Hoy, mientras la rabia era la mano que escribía esto he dicho basta, os tengo hasta en la sopa y os seguiré teniendo hasta que este infierno llamado instituto termine, es por eso que me reventaré la mano en vuestra amada cara si hace falta y aunque muera en el intento sentiré la enorme satisfacción que me da la venganza. ¿Veis en lo que me habéis convertido?

Por favor, no os esforcéis en vengaros de alguna manera, ya que gracias a vosotros me odio, por lo que entre mas daño me haga, hagan o hagáis, dentro de lo absurdo... más satisfecha me sentiré.